Si hará la corteza desde cero, siga este paso. Si usará una tarta congelada, siga las instrucciones en el paquete para descongelarla y comience con el paso 2.
Precalentar el horno a 200 grados C y colocar las rejillas del horno en la parte baja y media. Tomar un molde para horno y colocar una corteza descongelada y poner un pedazo de papel pergamino sobre las orillas de la tarta (para evitar que se doren demasiado) y rellenar la tarta con frijoles blancos. Hornear en el estante del centro hasta que la masa del centro esté un poco dorada, aproximadamente 20 minutos. Sacar del horno y quitar con cuidado el papel pergamino para permitir la cocción de las orillas. Regresar al horno durante unos 10 minutos más. Reducir la temperatura a la mitad.
Mientras que la corteza se está horneando haga el relleno. En una olla mediana, combinar la mantequilla, azúcar morena, jarabe de maíz y vinagre balsámico. Poner a hervir a fuego medio, revolviendo constantemente, deje hervir durante 1 minuto. Retire del fuego y agregue la vainilla y las semillas de girasol. Dejar la mezcla a un lado para que se enfríe un poco, unos 5 minutos. Mientras tanto, en un tazón mediano bata los huevos. Después agregue los huevos batidos en el relleno y revuelva hasta que quede suave. Vierta el relleno en la corteza caliente del horno.
Hornear en la rejilla inferior del horno a 170 grados hasta que los bordes sean tostados pero el centro siga siendo un poco flojo, unos 40 a 45 minutos. A medio camino de la cocción con cuidado cubrir los bordes de la tarta con papel pergamino, para que no queden demasiado oscuros. Enfriar sobre una rejilla. Servir caliente o a temperatura ambiente.